Ahora que ya tenemos fotógrafos ganando o siendo
seleccionados para los más importantes premios y otros publicando en la
editorial más codiciada del momento (eso sí, siempre fuera de nuestras fronteras), es hora de aprovechar el tirón e intentar asentar esta repentina
erupción fotográfica con una sólida y estable base que la pueda sostener y dar
continuidad en el futuro.
Cuando leí este artículo publicado en el imprescindible blog
DLK Collection, hoy ya convertido (tal y como avanzaba el propio artículo) en
web bajo el nuevo nombre Collector Daily, no pude menos que sentirme
identificado. Loring Knoblauch comienza repasando la deprimente realidad
laboral de aquellos que se dedican a escribir sobre arte y como cada día es más
difícil cobrar por escribir un buen texto. Sin ir más lejos hace poco un amigo
que hace un par de años fundó una nueva casa discográfica especializada en
música contemporánea (sí, todavía hay quién apuesta por la música y además le
va bien!...y no, no os creáis que la coletilla “contemporánea” solo es
aplicable a la fotografía, en la música también tienen de eso...) organizó un
concierto en Lleida. Cuando mandó la información a sus contactos de prensa, uno
de los críticos más reconocidos del sector que publica en uno de los diarios
más importantes de la ciudad y más allá, le respondió diciendo que iría a
cubrir el concierto si ellos corrían con los gastos de transporte Barcelona-Lleida. Eso es lo que se suele decir “el mundo al revés”. Y además deja claro
que nos encontramos en una situación de sálvese quién pueda, ya que a pesar de
que se han y están intentando muchas y muy diferentes vías para conseguir
publicar revistas y diarios, todavía no se han encontrado modelos lo
suficientemente fiables y seguros a largo plazo como para poder apostar por
ellos al cien por cien y poder pagar como es debido a sus trabajadores.
Pergamon Museum IV, Thomas Struth, 2001 |
Pero no es la delicadísima situación de las publicaciones lo que me ha llevado a escribir este texto, sino la defensa y reivindicación que hace de aquellos que escriben sobre arte en general, y sobre fotografía en particular. Y si Knoblauch se queja de la situación de la crítica especializada en fotografía en EEUU, la verdad es que no se que haría si le hubiese tocado vivir en España... Aquí el debate, la opinión y especialmente la crítica hay que buscarla, y mucho. Incluso en la comunidad de la fotografía online en la que existen infinidad de blogs y páginas personales, es difícil encontrar opinión crítica de calidad sobre terceros que no se limite a la adulación sin límites del protagonista en cuestión. Y en el caso de que se encuentre, se suele construir desde la descalificación y el rechazo al otro (el crítico de cine de El País Carlos Boyero es el paradigma de esto), en vez desde la argumentación y la reflexión. A mi me han llegado a felicitar por no meterme con nadie cuando opino sobre fotografía, como si el meterse con alguien tuviese que ser obligatorio e imprescindible cuando quieres desarrollar una idea que no se corresponde con la que pueda tener otra persona. Como si el único debate que se pudiese plantear tuviese que seguir las pautas de esos que se pueden ver en la tele más cutre y casposa. La crítica no se resume en un ataque o defensa furibunda del trabajo de este conocido o aquel odiado, la crítica se tiene que construir desde la reflexión, la argumentación y la articulación de una opinión sólidamente contrastada.
De todas formas supongo que no es de extrañar que en un país
en el que la gente no aprende inglés por la vergüenza insuperable que le da que
los demás se rían de su acento, no seamos capaces de ir más allá de la mofa y
la burla. Si todos los que han hecho los cientos de canciones, youtubes, memes
y demás pasatiempos de burla sobre el dichoso “cup of coffe en la plaza mayor”
hubiesen manifestado una crítica seria y sólida contra la candidatura de Madrid
para los juegos olímpicos, quizás nos hubiésemos ahorrado ese dinero y a esa
señora hace ya tiempo. Que sí, que la broma y el cachondeo está muy bien, y a
mi también me gusta, pero no puede ser que eclipse lo que realmente importa.
Seguramente esto tiene mucho que ver, una vez más, con la educación que
recibimos. Una de las pocas cosas que envidio del sistema educativo
estadounidense son esas clases de debate llenas de nerds que cuando era
adolescente veía en las series y películas americanas...¿clases de debate, qué
es eso? Aquello que en su día me parecía totalmente absurdo es algo que hoy
echo muchísimo en falta. Y no hablo de ser capaz de defender el trabajo de uno
mismo, sino de ser capaz de expresar con palabras ideas y reflexiones, escuchar
las que tiene el otro y en función de ese intercambio llegar a algún tipo de
conclusión. Y tampoco es que sea muy fan del modelo americano, porque tal y
como son ellos, lo llevan todo al terreno de la competición y de quién es el
mejor, pero sí que creo que al menos así ejercitan la reflexión, la
argumentación y la capacidad de expresión de una idea en público.
Empezaba el texto diciendo que tenemos que construir una
base para dar continuidad y estabilidad a la nueva escena fotográfica española
que con tanta fuerza está surgiendo, y creo que la crítica de calidad es parte
indispensable de esos cimientos. Me arriesgo a decir que somos muchos los
que compartimos está reflexión, de hecho ya se pueden
empezar a encontrar algunos interesantes textos de opinión por Internet. El paso siguiente debería
ser la creación de una nueva revista o publicación periódica sobre fotografía
en España (que tanta falta hace en el desolado panorama actual de revistas
físicas) que incluyese ese tipo de textos. Y no hablo de sesudos escritos
académicos en los que tienes que pararte a cada frase para intentar descifrar
el idioma codificado, imposibilitando de esa manera la lectura a todo aquel que
no este familiarizado con ese tipo de encriptación. Hablo de textos que incluso
(o especialmente) aquel que no tenga grandes de conocimientos de fotografía
pueda entender, sopesar, compartir
y/o rechazar. Algunos de los artículos que aparecen en medios de otros países como los de Sean O'Hagan en The Guardian o los de Philip Gefter para el New York Times podrían ser buenos ejemplos.
Sé que la escena fotográfica peninsular tiene muchas más carencias de las que denuncio con este texto. Por ejemplo hace tiempo que creo que hacen falta comisarios que desde dentro de esta nueva generación lleven a cabo sus propuestas. Faltan galerías, espacios de arte e instituciones que estén abiertas y atentas a lo que está pasando. Necesitamos editores gráficos (que no sean al mismo tiempo fotógrafos) que den un giro radical a lo que se está publicando hoy en los grandes medios del país. Necesitamos gestores culturales con conocimientos y sensibilidad hacia la fotografía. Es indispensable la creación de un Centro Nacional de la Fotografía (o entidad similar) para preservar lo anterior, destacar lo actual y incentivar lo que viene... Así podría seguir un buen rato y seguramente en un futuro me pondré en este mismo blog a desgranar alguno de los puntos anteriores. Pero entonces y por qué empezar con reivindicar la necesidad de opiniones críticas de calidad? Porque tal y como ya he propuesto en otras ocasiones, creo que la única manera para colocar a la fotografía en el lugar que se merece, pasa por ampliar el número de público interesado en el medio, especialmente consiguiendo que la gente que no es ni protagonista ni profesional de este mundo se interese por ella.
Sé que la escena fotográfica peninsular tiene muchas más carencias de las que denuncio con este texto. Por ejemplo hace tiempo que creo que hacen falta comisarios que desde dentro de esta nueva generación lleven a cabo sus propuestas. Faltan galerías, espacios de arte e instituciones que estén abiertas y atentas a lo que está pasando. Necesitamos editores gráficos (que no sean al mismo tiempo fotógrafos) que den un giro radical a lo que se está publicando hoy en los grandes medios del país. Necesitamos gestores culturales con conocimientos y sensibilidad hacia la fotografía. Es indispensable la creación de un Centro Nacional de la Fotografía (o entidad similar) para preservar lo anterior, destacar lo actual y incentivar lo que viene... Así podría seguir un buen rato y seguramente en un futuro me pondré en este mismo blog a desgranar alguno de los puntos anteriores. Pero entonces y por qué empezar con reivindicar la necesidad de opiniones críticas de calidad? Porque tal y como ya he propuesto en otras ocasiones, creo que la única manera para colocar a la fotografía en el lugar que se merece, pasa por ampliar el número de público interesado en el medio, especialmente consiguiendo que la gente que no es ni protagonista ni profesional de este mundo se interese por ella.
Museo del Prado, 1995, Elliott Erwitt |
La crítica de calidad y accesible puede descubrir al lector a autores que no conoce y/o aportar un punto de vista nuevo y razonado sobre los que sí conoce. La opinión construye líneas de juicio y valor a través de la comunidad sobre la que trata, generando debate y argumentación para uno y otro lado, profundizando mucho más de esa manera en el trabajo de un autor. Un crítico escribe y opina desde el conocimiento y la pasión, dos factores que creo que pueden ser lo suficientemente atractivos como para que alguien ajeno al medio le llame la atención ese texto y se interese por aquello de lo que se habla. Una buena crítica debe proponer una nueva manera de analizar un trabajo que, sin importar si el destinatario lo conoce de antemano o no, invite a pensar sobre cuales son sus ideas al respecto. Personalmente, y más allá de que esté de acuerdo o no, un buen texto de opinión es el que me lleva a una compresión y disfrute del trabajo en particular (y del medio en general) más profundo de lo habitual.
PD: Muchas gracias a los que últimamente me habéis apretado
para seguir escribiendo, por falta de
tiempo hacía demasiado que no escribía algo específicamente para el blog y la
verdad es que lo disfruto y me ayuda mucho a aclarar mis ideas.
Creo que es un problema de profesionalización, en general. Está claro que con la crítica también, pero si hablamos de editoriales, galerías, ferias, distribuidoras, escuelas, coleccionistas y, principalmente, artistas, no hay apenas tejido estable y consistente como para sostenerse económicamente en el tiempo o, por lo menos, que esto sea posible sin la explotación de unos sectores a otros mediante trabajo precario cuando no gratis, o perteneciente a otros campos alejados del mundo del arte. La falta de crítica sería un síntoma de todas las carencias que hay detrás. La cuestión es si nos atrevemos a generar ese tejido, dejando atrás trabajos estables que no tienen nada que ver con la fotografía o el arte (quienes lo siguen teniendo).
ResponderEliminar¿Nos atrevemos?
Gracias Jon! por seguir pedleando e insistiendo en este "descampado". Algún día todo este movimiento y tensiones en el vacío debe cristalizar, seguro. O por lo menos eso es lo que dice la física cuántica, jeje, en serio!
ResponderEliminarAdjunto aquí un lúcido texto de Jorge Luis Marzo que tiene afinidad y complementa el tuyo, sobre el público y los centros de arte.
"Entre como visitante, salga como ciudadano"
http://www.soymenos.net/no%20tocar%20LV.pdf
Abrazos!
Olmo, estoy de acuerdo con que falta profesionalización pero creo que esta no se conseguirá hasta que tengamos un público (que no tiene porque ser consumidor ni cliente) que tenga interés y sensibilidad por la fotografía. Siempre podemos intentar tirarnos a la piscina, pero como bien dices, teniendo en cuenta la situación laboral en general veo complicado ese camino.
ResponderEliminarIgnasi, ya sabía yo que la físicia cuántica tenía que aparecer por aquí...jajaja
Me leeré el texto que me mandas (ahora no puedo) y te comento.
Gracias a ambos por vuestros comentarios.
Hola a todos,
ResponderEliminarTener un público (consumidor, cliente o simple espectador, poco importa) sirve para tener una industria. Es decir que alguien coma de la fotografía. Llámense todas las profesiones a las que Jon hace referencia.
Para tener un público probablemente necesitamos preguntarnos antes de todo qué es lo que le gusta a ese público y como hacérselo llegar. Me parece que el mundo de la fotografía está en general bastante ensimismado, salvo excepciones maravillosas en las que tanto Olmo como Jon participáis activamente. Incluso diría que hay una cierta actitud a la defensiva del mundo fotográfico, un cierta reticencia a abrirse, no ya al ciudadano medio, sino ni si quiera a gente interesada por el arte pero que se encuentra fuera de los círculos fotográficos. Todo es bastante endogámico al final: fotógrafos que van a talleres de otros fotógrafos que a su vez compran libros de otros fotógrafos que se juntan con otros fotógrafos para hacer colectivos que organizan exposiciones de otros fotógrafos y así hasta el infinito. Es la pescadilla que se muerde la cola desde un punto de vista creativo y un timo pirámidal desde el punto de vista económico, con grandes nombres/grupos llevándose la mayor parte del pastel. Nos pagamos los unos a los otros.
Pareciera que cuesta mucho trabajo convencer a los distintos actores del mundillo fotográfico español y os aseguro que al francés en mi caso, le pasa algo parecido, para abrirse, para acercarse al público que Jon menciona. Es como si prefirieran no comer o continuar en esa espiral que comentaba antes.
La solución podría venir de mirar a los norteamericanos, y valga que me sabe mal el reconocerlo, y su industria cultural que produce cine, música, literatura, videojuegos (y diría que también fotografía y arte) para todos los públicos del mas elitista al mas palomitero. En esto de la cultura y el show business al igual que en la práctica del debate en el instituto, los gringos se saben la lección hace la mar de tiempo. Os recuerdo que la fotografía es arte-emoción pero también industria-entretenimiento-aprendizaje-información. Haciendo un símil holliwoodiense: si ya sé done están los John Cassavetes o los Russ Meyer de la fotografía, me pregunto seriamente donde están el Bowling for Columbine de la fotografía o los Goonies ¿donde está la fotografía de palomitas, la que pueda llevar a una expo, un libro o un autor a los asiduos de forocoches? ¿está alguna fotografía produciendo escuchando los intereses del público? ¿Será que estamos produciendo pensando en el fotógrafo que nos va a leer, ver, recomendar? ¿O en Martin Parr?
Son preguntas que como minúsculo grano de arena del mundillo fotográfico me hago a menudo. Espero que esto anime el debate.
¡Saludos a todos!
Yo tambien había leído ese post hace tiempo. jejeje
EliminarHola Pablo, tu comentario me ha recordado a este post que escribió el archiconocido Alec Soth en su blog hace ya un par de años que lleva por título "Should artist be entertainers?":
Eliminarhttp://www.littlebrownmushroom.com/flotsam/should-artists-be-entertainers/
Soth explica como se llevo una sorpresa cuando escuchó a John Gossage decir que los que entretienen primero buscan complacer a su público, mientras que los artistas hacen lo que hacen y el público ya vendrá después. Ahí Soth difiere con el maestro Gossage y que el mismo defiendo que lo primero es que un trabajo te entretenga, y después ya vendría la posibilidad de que te haga pensar o cambiar tu manera de ver las cosas. Para no entrar en disputa, Soth acaba diciendo que hay que ensanchar el significado de la palabra "entretener", ya que para según su punto de vista, cualquier tipo de expresión creativa que tire de ti como espectador puede ser considerada entretenimiento.
Respondiendo ya a tu pregunta, creo que la fotografía de entretenimiento o de palomitas (y no solo aquí sino a nivel global) está en internet. No hay más que ver los trillones de fotos y perfiles de instagram con fotos de gatitos que hay para que la gente diga: "ay que mono...". Eso es el más puro y facil entretenimiento. Pero si hacemos caso a Mr Soth y el entretenimiento puede ser mucho más que eso entonces quizás sí que nos falte algún tipo de fotógrafo o fotografía por aquí.
Esto me lleva a hacerme varias preguntas que todavía no soy capaz de responder. Consideraríamos a Alec Soth un fotógrafo de masas dirigido a entretener? Nos falta un Alec Soth por aquí para que el nivel de lo que se considera entretenimiento subiera un poco?
Muchas gracias por comentar y hacerme pensar Pablo!
Siempre he pensado que todo buen trabajo se merece una trabajada crítica, porque -de eso se trata, ¿no?- de hacer pensar y reflexionar al público, al propio artista, de lo que conecta y desconecta. Un mal trabajo obtiene generalmente el silencio, y si hay amistad de por medio, generalmente bronca ;)
ResponderEliminarBuen artículo, la sociedad española tiene mucho que trabajar aún en autocrítica, en fotografía y en múltiples disciplinas nada que ver con las vísceras y el enfado, de la mano de la reflexión y la argumentación como bien explicas.
Gracias!
EliminarUn artículo excelente, con cuyas conclusiones estoy muy de acuerdo. Un abrazo, y no dejes de escribir tu blog, que se nos ha hecho simplemente imprescindible.
ResponderEliminarMuchas gracias Juan!
EliminarEn todo el mundo los artistas se quejan que faltan galerias, pero cuando veo lo que esta colgado, me doy cuenta que en realidad galerias sobran !! no se como es en España, pero en Argentina al menos es asi.
ResponderEliminarGreg
No tengo ni idea de como está la cosa en Argentina, pero te puedo asegurar que en España hay un falta innegable de galerías que expongan y vendan fotografía.
ResponderEliminarHola Jon,
ResponderEliminarEn primer lugar agradecerte el artículo. Me alegra que se planteen estas cuestiones y que provoquen respuestas ya que demuestra que la gente está reflexionando sobre estos temas que tanto me inquietan.
Hasta que he leído tu artículo no me había parado a pensar en la figura del crítico. Había reflexionado sobre todas las demás: galeristas, artistas, comisarios, etc defendiéndolas en algunos aspectos y cuestionándolas en otros pero nunca sobre el crítico.
Me parece muy interesante lo que planteas y lo primero que he pensado es lo mismo que ha opinado Olmo González: que es un problema derivado de todas las demás profesiones ligadas al arte que no se mantienen estables. En en mi opinión la razón no es otra que el hecho de que España es un país joven en muchas de estas profesiones. No estamos especializados en gestión cultural, tampoco en comisariado. Tenemos muy buenos ingenieros, muy buenos deportistas y muy buenos artistas pero no destacamos en saber gestionarlo.
En este sentido creo que hay una realidad que no debemos ignorar a la hora de plantearnos estas cuestiones y tampoco podemos olvidar que somos un país que adora demasiado la queja y poco la autocrítica.
La única solución por nuestra parte es ir aportando granitos de arena como haces tú al escribir este artículo. Sin embargo no es suficiente con el esfuerzo de una de las partes, ni tampoco justo, y creo que aquí nos encontramos con tres factores importantes en contra y que en mi opinión son indispensables para que algún día consiguiéramos la utopía que queremos conseguir: la falta de tradición, el sistema educativo y la escasez de apoyo institucional público y de las empresas. La primera no podemos cambiarla pero estamos en el derecho de reivindicar las otras dos.
Creo en las estrategias de estado. Que un país como Rumanía aparezca de la noche a la mañana en todas las secciones oficiales de los festivales de cine llevándose los principales premios tanto en cortos como largos no creo que sea casual. El problema es que en España nunca se ha concebido la cultura como una inversión o un beneficio a largo plazo. Somos un país con muchas energía para crear y para el trabajo duro pero tenemos muy poca tradición gestionando y pocas veces atinamos en las inversiones que darán sus frutos a largo plazo. Somos más de proyectos de explosión y de euforia que pocas veces llegan a ningún sitio.
Más arriba planteabas la cuestión del público. ¿Cómo tener un público sensibilizado con la fotografía? Para mí es obvio que a través de la educación, pero haría falta un reforma demasiado potente y costosa como para que la gente se sensibilizara con la fotografía y con el arte en general. "Cuando somos niños nos enseñan a sumar, a restar, a leer, pero de repente se muere tu padre y nadie te ha enseñado cómo gestionar ese dolor. El arte ayudaría a que los niños sufrieran menos" me dijo hace poco mi profesor de escritura. Jamás había oído un definición de arte tan sencilla y útil al mismo tiempo, y así, de una frase surgió mi verdadera preocupación por el sistema educativo de este país.
Las instituciones tampoco invierten por falta de visión. En Inglaterra (según me han explicado) cuantos más intentos haces de montar una empresa mejor visto estás porque eres un luchador. En España serías un fracasado. ¡Qué curioso! Nos gusta pisar demasiado sobre seguro y al final acabas encontrando a los mismos fotógrafos en todas partes y a los mismos comisarios, lo que evidencia una comodidad bastante empobrecedora (además de muchas otras cosas).
(continuación después de haber demostrado que no soy un robot)
ResponderEliminarEl panorama parece desalentador pero resulta muy positivo que haya tanta gente planteándose tantas cosas. España es un país lento para los cambios y creo que necesita siempre una figura que cambie las cosas. Quizás esa figura ya ha aparecido o quizás sean varias esta vez y estén triunfando fuera ¿no empezaba así tu artículo?
Puede que las bases ya hayan empezado a asentarse. Mientras, abramos bien los ojos, reivindiquemos lo que tenemos que reivindicar y sobretodo confiemos en el trabajo bien hecho.
Gracias de nuevo por el artículo
Un saludo
Joana Sendra
Hola Joana,
EliminarEstoy totalmente de acuerdo con los tres factores que apuntas: la falta de tradición, el sistema educativo y la escasez de apoyo institucional público y de las empresas. Pero creo que esos tres factores se pueden reformular, la falta de tradición se puede revertir en función de con quién nos comparemos. Si lo hacemos con Francia nos sacan kilómetros de ventaja, pero si nos comparamos con casi cualquier país africano (por poner un ejemplo) les sacamos una amplísima ventaja. En Barcelona se sacó un daguerrotipo a los pocos años de inventarse el proceso técnico... Creo que creemos que tenemos menos tradición de la que realmente tuvimos ya que está ha estado oculta y poco y mal estudiada durante mucho tiempo.
En cuanto a la educación tienes toda la razón en que habría que hacer un cambio muy profundo y eso requiere tiempo y dinero. Pero mientras tanto alguna escuelas privadas (al menos las de fotografía que yo conozco) sí que estamos intentando cambiar ese rumbo. Dentro de unos años sabremos si hemos tenido éxito o no.
Y en cuanto a los apoyos del estado y de las empresas privadas. Yo también creo que en el apoyo del estado, pero creo que no hay que esperarlo. Durante demasiado tiempo nos hemos acostumbrado a pedir dinero público para hacer cualquier cosa. Creo que es hora de cambiar esa dinámica, deberíamos pedir ese apoyo a las empresas privadas y en cualquier caso recibir el apoyo del estado en el caso de que lo merezcamos. Creo que el dinero público no debería ser el principal sostén de la cultura, tenemos que concienciar a las entidades privadas en esto. El estado también lo tiene que apoyar, pero no puede ser que sea el único que lo haga.
Muchas gracias por tu comentario y perdón por tardar tanto en responder!
Totalmente de acuerdo con todo!
EliminarSólo tres apuntes:
- Cuando hablo de tradición no hablo del campo de la creación y de la técnica fotográfica sino de la gestión cultural. Si nos comparamos con otros países está claro que a unos les sacaremos ventaja y a otros no pero hablo de ser conscientes de en qué punto estamos nosotros a la hora de analizar la situación de profesiones como las de los críticos por ejemplo.
- Cuando hablo del sistema educativo hablo de poner en contacto a los niños de 5, 6, 7 años con el arte y en particular con la fotografía para conseguir que se familiaricen. Desconozco si desde las escuelas privadas se está haciendo esto pero si es así me alegro!
- Yo tampoco creo que el estado deba ser el único apoyo. Cuando digo que el estado debería apoyar no hablo sólo de un apoyo económico sino de otro tipo: que presten los espacios sin ponerte pegas, que los proyectos culturales tengan una consideración más seria, que no se trate sólo de dar ayudas porque hay que darlas, que haya campañas en favor del arte y no sólo en contra de las drogas o los accidentes de tráfico. Y ahí sí que creo que si la cosa no cambia siempre nos vamos a encontrar con barreras difíciles de superar. Alternativas económicas hay muchas pero mientras no haya una labor de difusión real y de concienciación de la importancia de la cultura (y esto en mi opinión sí que debe ser una de las funciones del estado) me temo que el problema seguirá preocupando.
Un saludo!
Directo y real como nos tienes acostumbrados, bravo (icono de palmas)!
ResponderEliminarMe ha parecido una explicación brutal a tantos problemas:
"Si todos los que han hecho los cientos de canciones, youtubes, memes y demás pasatiempos de burla sobre el dichoso “cup of coffe en la plaza mayor” hubiesen manifestado una crítica seria y sólida contra la candidatura de Madrid para los juegos olímpicos, quizás nos hubiésemos ahorrado ese dinero y a esa señora hace ya tiempo"
Creo que queréis cagar más alto que el culo y no hay nivel, solo para risas de lo cutre que es todo lo que se vive en: Seat Leon patrocina España.
ResponderEliminarNeno
Jon,
ResponderEliminarAfilas las palabras y llenas el hueco de la carencia que más nos envuelve: la reflexión.
Gracias,
Una radiografía muy interesante del panorama fotográfico actual... Me gustaría, si te apetece, le eches un ojo a un post en nuestro blog en el que planteamos la misma necesidad teórica y crítica y en el que también citamos tu texto.
ResponderEliminarhttp://espainag.blogspot.com.es/2013/10/contradicciones-teoricas-y-una-pequena.html
Un saludo
Dèbora
Hola Debora, muchas gracias por tus comentario, por tu mención en vuestro blog, y especialmente en tu post, con el que además comparto tu opinión. A ver si empujando entre todos hacía la misma dirección conseguimos cambiar aunque sea un poquito el rumbo de las cosas.
EliminarSaludos,
Jon
Sobre la critica esto decía Victor Burgin en 1982: Photography criticism, as it is most commonly practised, is evaluative and normative. In its most characteristic form it consists of an account of the personal thoughts and feelings of the critic in confronting the work of a photographer, with the aim of persuading the reader to share these thoughts and feelings. Free reference is made to the biography, psychology and character of the photo- grapher in question, and even to the critic himlherself. The 'argu- ments' advanced in criticisni are rarely arguments, properly speak- ing, but rather assertions of opinions and assumptions paraded as if their authority was unquestionable. The dominant discourse of such criticism is an uneasy and contradictory.
ResponderEliminarParece que las cosas no han cambiado mucho en treinta años.
Gracias por el artículo y por el Blog.
David
Estoy de acuerdo contigo pero a la misma vez construir una crítica siempre es algo subjetiva, hay personas que directamente pueden apreciar la obra sin más y otras darle un punto superior, es algo complicado pero habría que unificar criterios y eso es complicado...
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